En el plan de entrenamiento de todo corredor siempre debe haber tiempo para los estiramientos. De hecho, estirar a diario nos ayudará a la larga a tener una flexibilidad mayor y a reducir el riesgo de lesión mientras corremos. Estirar no es negociable, de eso no hay duda, pero ¿cuál es el mejor momento para estirar: antes, durante o después de correr? Veamos qué opción es la más saludable.
Antes del entrenamiento
Se hace a modo de calentamiento aunque no sería el momento más recomendado puesto que el músculo está todavía frío, y las fibras musculares no son tan receptivas al estiramiento con tan poco calor. Por eso deberás haber hecho antes un ligero trote suave para adquirir cierta temperatura muscular que permita hacer el estiramiento. Deberemos realizarlo durante un menor tiempo e intensidad que la habitual. En este caso el estiramiento tiene una función de favorecer la irrigación muscular y no tanto la de descontraer.
Durante el entrenamiento
Sirve para aprovechar de manera activa y dinámica los descansos de las series y ejercicios. Como descanso de las series: se estirarán los grandes grupos musculares de las piernas: glúteos, isquios, cuadriceps y gemelos. Como descanso de los ejercicios de fuerza y tonificación: se estirará el músculo que acabemos de trabajar, así por ejemplo si acabamos de saltar a la comba estiraremos los gemelos.
Después del entrenamiento
Es el momento ideal para estirar pues es cuando la musculatura más acortada se encuentra y deberemos buscar su elongación para que recupere su flexibilidad inicial y acelerar la recuperación. Hay que estirar justo después de acabar de entrenar porque si esperamos y nos enrollamos hablando con los amigos perdemos temperatura y con ello el estiramiento se realiza peor y es menos eficaz. Además podemos estirar también en una sesión de descanso como forma de recuperación muscular.
Fuente: http://www.planetarunning.com/entrenamiento/estirar-antes-o-despues-de-correr/