Quienes han sido víctimas de robos y hurtos aseguran que su rutina de ejercicios ahora incluye desconfianza y hasta un poco de paranoia.
“Esas horas que corro en el Parque del Este las utilizaba para relajarme y ejercitarme. Lo hacía para sentirme bien, hasta esa mañana que iba por la perimetral, en la zona que da hacia Santa Cecilia y vi al tipo con aspecto extraño en la lomita y pensé ‘me fregué’. Cuando lo tuve enfrente me quitó el celular. Comencé a gritar, pedí auxilio, pero todo estaba muy solo. A él se le cayó el teléfono y la cartera, y para cuando llegaron otras personas a ayudarme ya el tipo estaba saltando la cerca”, relató Delgado.
El ladrón que se llevó su teléfono quedó identificado como Pedro Luis Escobar Castillo, de 20 años. Tres días antes de cometer este robo, Escobar Castillo se presentó ante un juzgado de Control de Caracas, según un recibo que tenía en la cartera que se le cayó en el forcejeo con su víctima. Es decir, es un delincuente reincidente.
Delgado asegura que una semana después de lo ocurrido, retomó su rutina de ejercicio, pero ahora con miedo. “Ahora me debato entre la disyuntiva de ir a correr o no. Me tengo que privar de un lujo tan estúpido como es escuchar música mientras corres, pero volví a pesar de la angustia, aunque ahora, esa experiencia de ir al parque también me genere tensión”, dijo.
Gente que no cuadra
Para quienes habitualmente utilizan las pistas del otrora Parque del Este, durante las primeras horas de la mañana, las caras de quienes comparten la actividad se vuelven familiares. La indumentaria les hace reconocerse y alertarse cuando hay alguien que definitivamente se sabe que no está allí con la misma intención.
“Si ves que vienen dos chamitos a las 7 de la mañana, con jeans y un koala, sabes que en nada bueno andan, porque a esa hora la gente que no hace deportes, no visita el parque”, explica Roberto Holding, quien forma parte del grupo de corredores Los 4 Elementos. Él también se cuenta entre las víctimas de la delincuencia en ese espacio capitalino.
En su caso, fue forzada la cerradura de la puerta del copiloto de su carro, mientras lo dejó estacionado. Se llevaron un bolso con ropa limpia y sudada, un par de zapatos deportivos y una laptop.
“Después de trotar me cambié, dejé el bolso en el carro y salí a Parque Cristal. De regreso noté que no estaba el bolso y cuando fue a abrir la puerta del copiloto me fijé que estaba forzada la cerradura”, contó el deportista.
Recorridos
Dentro del parque hay un comando de la Guardia del Pueblo, ubicado hacia la parte más sur, muy cerca de la zona que colinda con la autopista Francisco Fajardo. Extraoficialmente se supo que los funcionarios realizan rondas a pie y en una patrulla en las horas donde suelen haber más personas en el parque.
Sin embargo, quienes visitan el espacio consideran que son pocas las veces que logran ver a los uniformados en las pistas, supervisando lo que sucede.
“Cuando te ven solo es cuando más probabilidades tienes de que te roben. Se necesitan más puntos de seguridad, porque se ven algunos empleados de Inparques y Pdvsa La Estancia, pero no vigilantes. Y la Guardia lo que hace es decirle cosas a las muchachas que corren en shorts”, comentó Carmen Hernández, quien señaló que todos los días se ejercita en el Parque del Este.
Sugiere que debería haber una brigada de policías ciclistas, como la que hay dentro del Parque Los Caobos, para brindar mayor seguridad a los deportistas y visitantes.
Quienes trotan y corren señalaron que las autoridades deberían prohibir la circulación de motos de los empleados, en las pistas, pues también generan angustia y que deben estar alerta por el incremento de indigentes que pernoctan dentro del parque y que salen por la mañana, cuando comienzan a llegar los deportistas.